Hace apenas un par de semanas que Netflix volvió a dar que hablar. Y esta vez tuvo que ver con el mundo del videojuego. Quizá es complicado de entender como un servicio de suscripción de series y películas termina creando sus propios juegos, pero a estas alturas no es nada nuevo. Las informaciones que aportan desde la compañía es que quieren centrarse en las plataformas móviles para después poder llegar a las consolas. En la mente de la productora estadounidense está el incluir estos juegos de forma gratuita en las suscripciones de los meses venideros e incluso llegar a crear una serie televisiva basada en ellos.
Todo ello tiene un por qué. Y es que justamente hicieron este anuncio cuando tuvieron que dar unos datos algo negativos sobre su economía más reciente. El primer semestre ha sido el peor de la factoría en suscripciones desde el mismo periodo de 2013, según sus propios informes, y eso tiene que traer unas consecuencias. Las mismas que han podido tener otras empresas de importancia en todo el mundo como Zoom, TikTok, Google, Amazon o Apple. El mundo del videojuego crece al mismo ritmo vertiginoso que el concepto de videojuego tradicional queda cada vez más rasgado. En realidad lo lleva estando desde hace varios años.
Hasta Elon Musk pensó en los videojuegos para sus futuros coches inteligentes de la marca Tesla. Hasta a los casinos online podemos incluir en ese abanico de grandes marcas. Plataformas que tienen sus propios proveedores que cada vez realizan más creaciones más parecidas a auténticos videojuegos y que no tienen tanto que ver con los juegos de azar que entretenían hace una década. Son los denominados como catálogos de video-slots y los hay a montones en estas webs. Otra forma de presentar lo que hoy en día empieza a denominarse como “videojuego”, al igual que lo hace Discord sin ir más lejos. Todos ellos con un carácter social detrás muy interesante.
Y es que muchos de estos videojuegos tienen la finalidad de reunir a los usuarios en un ambiente de entretenimiento. Títulos de otras épocas en los que pudiéramos pensar apenas pensaban en mantener alerta al jugador que tenían en frente de la pantalla. Los de ahora dan la posibilidad de jugar con millones de personas conectadas en línea al mismo tiempo. De hecho es una característica casi obligatoria. Cuando pensamos en los videojuegos de esta rama, ¿estamos pensando realmente en videojuegos? ¿Estamos ante algo más allá? El kit de la cuestión.
Llevar el concepto de videojuego al límite
Llevas demasiado tiempo sin ver a una persona y, ante la incapacidad de poder reunirte con ella de cuerpo presente, decides hacer una videollamada. Puedes pasarte horas y horas hablando hasta que la conversación entra en punto muerto. Sin embargo no quieres acabar la sesión. O incluso puede que la otra persona no sea puntual y te deje algunos minutos esperando sin saber muy bien qué hacer. En ese momento decides esperar echando una partida de poker, entrenando tu mente respondiendo preguntas, o incluso jugando a una versión más modernizada del impostor. Esa es la clase de videojuegos que plantea Zoom para sus usuarios.
Puede que incluso llegue a entusiasmarte tanto que entres a la aplicación específicamente con la intención de jugar al mismo tiempo que puedes verte la cara con tu grupo de amigos. O hablar con ellos a través de un canal de voz como pretende Discord. Las mesas para jugar al poker en grupo, ya sean privadas o públicas, ya se han convertido en un icono de la plataforma. Si ya era un lugar propicio para atraer a gamers a conversar mientras juegan, por qué no ofrecerles una buena opción de pasatiempo en la propia app. Aunque es verdad que el servicio de mensajería ha decidido dar marcha atrás cuando ya había dado el gran paso.
Todo ello por no hablar de la comunidad de jugadores existente en Facebook en su sección de juegos sociales y que se centran principalmente en que los usuarios establezcan contacto entre ellos. Eso sí, mientras juegan y se divierten con todo tipo de opciones. Por eso es que ya en muchos videojuegos te permiten ingresar iniciando sesión en esta red social con tus credenciales.
Y en camino están todavía gigantes como Amazon o TikTok. El servicio de paquetería no ha tenido demasiado éxito en su entrada al mundillo gaming. No por qué no haya tenido buenas ideas, sino porque la gestión de las mismas ha dejado mucho que desear. Retrasos, cancelaciones y promesas incumplidas que van a tener que compensar poco a poco. Por su parte, la red social del video por excelencia ya ha destinado parte de sus esfuerzos a desarrollar videojuegos en un futuro no demasiado lejano, fomentando incluso nuevas adquisiciones. El móvil, como no, será su plataforma estrella y la diana hacia donde decidan apuntar. Lo contrario sería un disparo en el pie.
Y todo ello nos deriva al concepto de “video game” o «videojuego» y nos aleja del videojuego convencional. Poco tienen que ver ambos, más allá de la emoción de seguir una historia o perseguir un fin. Los nuevos juegos buscan unión y sociedad entre las personas. La mejor manera de crear una comunidad de jugadores de forma rápida. Y todavía no está claro donde está el límite o donde van a poner el freno las grandes marcas. Como en el caso de Netflix, quizá dependa de lo económico. O como en el caso de los casinos, lo que los proveedores decidan.